martes, 17 de octubre de 2017

Granada.

Es una granada.
Sabemos que va a estallar
y va a dañar todo a su paso,
pero no sabemos cuándo.
Algo inevitable,
desde ahora no importa que se haga,
el golpe no va a ser más suave,
la sangre no va a dejar de correr.

A veces creemos que sabiendo el final de una historia se puede evitar,
cambiar, o simplemente esperar disfrutando de lo último que queda.
Ojalá fuera tan sencillo como lo que se cree.
La paranoia se consume dentro de uno,
y al final solo deseamos que suceda lo antes posible,
pero cada vez se hace más largo.

Qué difícil es entender los sentimientos humanos,
que difícil estar rodeado de humanos,
que difícil convertirse en uno…

La colisión llega,
y llega en cámara lenta.
No queremos que tarde, ni que sea rápido;
no queremos que pase, ni que deje de pasar;
queremos y no queremos, siempre todo a la vez.
El mundo no entiende nada,
decimos querer vivir sin que nada importe,
pero la vida empieza a importar más cuando las cosas se complican.
Así que si,
la explosión llega
y la gente desespera,
pero no quiere dejarla ir.