Lo sentí.

Su piel era suave y tenía un olor embriagador.

Mis manos acariciaron su espalda desnuda.

La poca luz de fuego que me dejaba verlo,

no opacaba nuestro calor,

no dejaba de mostrarme su belleza;

y mirándome a los ojos dijo que me amaba,

justo antes de hacerme el amor…

¿Acaso existe sensación más linda que esa?,

¿Acaso existen ojos más dulces?

Ay, sus ojos... Sin duda me quedaría a vivir ahí,

son como el paisaje más hermoso del mundo.

¿Y qué hay de su boca?,

¿Vieron esas pequeñas cosas que te hacen sentir completa por el simple hecho de existir?

o cuando te sentas a tomar un café viendo la lluvia por la ventana,

o cuando en los días de sol te acostas afuera para sentir el pasto,

o esa sensación que se siente al mirar hacia abajo cuando estás en un lugar muy alto,

esa mezcla de miedo y adrenalina,

¿La reconocen?

Todo eso representa su boca,

sus hermosos labios besando mi piel.

Al lado suyo, la vida se hace más simple,

o solo deja de existir.

Somos solo nosotros dos,

por un segundo

y para siempre.

Qué raro...

+Yo creo en el futuro de un futuro.
-Yo valoro momentos que no existen.
+Entiendo, aunque no sé si hablamos de lo mismo.
-¿Y como es eso?
+No lo se, solo es.
-Que raro.
+¿Realmente lo ves como algo raro?
-Si, ¿Por qué no?
+No se, la gente cree entender tantas cosas que en realidad no existen.
-¿Y León?
+Sigue sin ver.
-No comprendo como lo logra.
+Ni yo, según él se deja llevar por el fuego y ya.
-¿Tan sencillo como eso?
+Así parece.
-Que raro.
+¿Lo conociste alguna vez?
-De hecho no, pero oí mucho de él.
+¿De León?
-¿De quien hablamos?
+Ya no sé.
-Que raro.
+¿Llevas un lápiz en el bolso?
-¿Para qué?
+No sé.
-Acá hay uno.
+¿Y por qué me lo das?
-Me lo pediste.
+Solo pregunte si llevabas uno.
-Que raro.
+¿Que es lo raro?
-Lo que no existe.
+¿Y como conocés lo raro si no sabemos diferenciar lo que existe de lo que no?
-No sé.
+Que raro...

Desvanecimiento

Todo lo que existe se vuelve impalpable,
Mi cuerpo se transforma en líquido
Y me arrastro como arena entre tus dedos.
Y me alejo,
y me dejas escapar,
como si no supieras que en realidad sólo quiero que me atrapes.
Pero a veces la arena es molesta y queda pegada a la piel,
casi como si fuera parte de ella...
No me despegues de tu piel que no quiero irme.
Guárdame en un frasco
y poneme en un estante de tu habitación,
para así saber que al menos soy
el recuerdo de un verano perfecto.

Hoy es un día gris

Hoy es un día gris. Las pesadillas volvieron y las malas noticias llegan a casa, como una visita del diablo, golpeando tres veces la puerta. Llueve desde que fui a abrir, mamá casi se desmaya, yo fría, intentando demostrar valor, pero que más da, si él huele muy bien el miedo interno. 
Llueve y los pájaros se esconden.
Llueve y se me empapa el alma de tristeza. Esta lluvia es mía, mis lágrimas, mí temor a que todo se derrumbe.

Un mal día

Pareciera que el mundo se cae a pedazos.
De esos días en que la melodía se hace horrible y la soledad parece ser la única compañera.
De esos días en que las lágrimas ya ni se sienten.
De esos días en que las preguntas inundan la cabeza y solo hay cascadas de respuestas sin sentido.
De esos días en que la nostalgia toma forma y te sujeta fuertemente a tu cama, mientras te tapa la boca con sus dedos alargados, con ese olor tan particular a verano del 2014.

Que te amo

Que te amo y no se me quita. Que te amo cada vez que escucho tu nombre. Que te amo cada vez que recuerdo tus pies, tu pelo, tu boca, o ese lunar que tanto me gustaba. Que te amo cuando, en el colectivo, se me para al lado un hombre que lleva el mismo perfume. Que te amo y no puedo evitarlo. Que te amo cuando recuerdo las cosas buenas, pero que también te amo cuando recuerdo las malas. Que te amo y no quiero amarte. Que te amo y no puedo buscarte. Que te amo aunque pelee todos los días contra mí misma para que eso no sea así. Que te amo y te voy a amar siempre, no importa dónde o con quien esté.
Que te amo y sigo esperando que nuestras historias se vuelvan a juntar, total sabes de sobra lo que opino sobre el humo de nuestros cigarrillos...

ROBERTITA

Mamá me ama desde el primer momento en que me vio, cuando me levanto de esa cajita en el parque. Ama mi colita de un color diferente al resto de mi cuerpo y ama mi orejita aunque alguna mala persona me la quemó mientras se reía. Yo también amo a mi mamá.
Ya llevamos tres años juntas. Ella estudia por la mañana y trabaja a la noche, pero siempre las tardes son mías, vamos al parque y jugamos con la pelota que me regaló el primer día que nos conocimos.
En el último tiempo, mamá no sale de noche, creo que ya no trabaja, no entiendo por qué, pero ahora tiene más tiempo para mí. De vez en cuando falta a la facultad, no está enferma pero supongo que quiere descansar, correr conmigo en el parque la debe dejar agotada.
Esta noche estamos acostadas en la cama, me hace caricias en el lomo y yo no puedo evitar quedarme dormida. Llora mientras mira la televisión y le doy besos para que se calme, a lo que me dice "es solo la película, Robertita" y sonríe. Eso me tranquiliza.
Hoy llego de la facultad llorando, está vez no había ninguna película puesta, ¿Que pasa, mamá? No llores, me gusta cuando sos feliz. Ella me abraza con toda la fuerza del mundo y llora todavía mas. Llama a Felipe, su hermano, y le pide que por favor me cuide... ¿Vas de vacaciones, mamá? Voy a extrañarte, espero que vuelvas pronto. Escribe sin parar de llorar, eso no parece algo de la facultad, es más como una carta. Me da un último beso y se encierra en la habitación.
Luego de unos minutos escucho un ruido que me aturde, no entiendo nada, pero tengo que saber que mamá está bien. Lucho cómo puedo para abrir la puerta, hasta que lo consigo, y mamá está en la cama, las sábanas se tiñeron de rojo, mamá no respira pero todavía hay una última lágrima callendo por su mejilla. ¿Por qué lo hiciste mamá? ¿Por qué no puede ayudarte a seguir?