viernes, 15 de noviembre de 2019

Lo sentí.

Su piel era suave y tenía un olor embriagador.
Mis manos acariciaron su espalda desnuda.
La poca luz de fuego que me dejaba verlo,
no opacaba nuestro calor,
no dejaba de mostrarme su belleza;
y mirándome a los ojos dijo que me amaba,
justo antes de hacerme el amor…
¿Acaso existe sensación más linda que esa?,
¿Acaso existen ojos más dulces?
Ay, sus ojos... Sin duda me quedaría a vivir ahí,
son como el paisaje más hermoso del mundo.
¿Y qué hay de su boca?,
¿Vieron esas pequeñas cosas que te hacen sentir completa por el simple hecho de existir?
o cuando te sentas a tomar un café viendo la lluvia por la ventana,
o cuando en los días de sol te acostas afuera para sentir el pasto,
o esa sensación que se siente al mirar hacia abajo cuando estás en un lugar muy alto,
esa mezcla de miedo y adrenalina,
¿La reconocen?
Todo eso representa su boca,
sus hermosos labios besando mi piel.
Al lado suyo, la vida se hace más simple,
o solo deja de existir.
Somos solo nosotros dos,
por un segundo
y para siempre.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario